La reactividad de la piel es un problema más o menos común, el cual está relacionado con una sensibilidad excesiva ante múltiples factores. A grandes rasgos, se manifiesta en sequedad, rojeces, irritaciones o brillos, los cuales se van a notar de forma repentina, incluso sin una causa aparente.
¿Qué es la reactividad de la piel?
Hasta hace poco tiempo, se usaba el concepto de piel sensible, de todas maneras, los dermatólogos indican que es mucho más preciso hablar de reactividad de la piel. En pocas palabras, es un tipo de piel en la que se generan sensaciones incómodas, picor, dolor, ardor o escozor, esto por un agente que no tiene que provocar ese tipo de reacción.
Para ser mucho más precisos, la reactividad de la piel sólo sucede si no se encuentra presente algún tipo de patología con la que se explican los cambios en la piel. Es decir, no hay alergias ante una sustancia en específico.
Causas de la piel reactiva
- Hipótesis epidérmica – Se dice que la barrera de la piel, situada en la epidermis, se encuentra defectuosa. Por este motivo, la protección adecuada no es suficiente ante distintos agentes externos.
- Hipótesis bioquímica – Destaca que son casos de anomalías en unos canales denominados TRP, los cuales se sitúan en la zona más externa de las células de la piel y en sus terminaciones nerviosas.
- Hipótesis neurógena – Indica que una persona con una piel reactiva presenta un número menor de fibras nerviosas intraepidérmicas. Igualmente, tiene una liberación mayor de mediadores inflamatorios.
Agentes que pueden ocasionar la reactividad de la piel
- El estrés.
- Mala utilización de los cosméticos.
- Contaminación ambiental.
- La exposición a ciertos químicos.
- Tratamientos con radiación o calor.
- Temperaturas extremas.
- Ciertos medicamentos.
- El alcohol.
- La falta de sueño.
- La humedad.
- Alimentos muy especiados o picantes.
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